“Muchos de los fracasos en la vida suceden porque la gente no se da cuenta lo cerca que están de tener éxito cuando se rinden”. T. Edison.

Que cierta es esta frase de Edison y cuantos sueños se ven truncados por abandonar antes de tiempo.

A lo largo de mi vida personal y profesional he cometido infinidad de errores, me he caído y vuelto a levantar en multitud de ocasiones. También cuando las fuerzas te flaquean, estas cansado y sobre todo cuando ves que lo que tú consideras ético y justo se desvanece y triunfa la pillería, la poca profesionalidad… esas cosas son las que más me han minado y me han llevado casi al límite de tirar la toalla.

Por eso para mí el no rendirme nunca me ha hecho más fuerte, un poquito más sabia y lo más importante de todo, hacerlo sin tener que abandonar nunca mis principios y mis valores.

Aún recuerdo con un poco de mix  “rabia-tristeza” cuando en 2010 tuvimos que tomar la decisión de fusionarnos con otras empresas para coger fuerza y no ver cómo nos quitaban nuestro negocio que durante 22 años habíamos defendido con uñas y dientes, consiguiendo ser los mejores de Levante sin ningún rival que nos hiciera sombra. Lo teníamos todo, buenos equipos, calidad, motivación, sostenibilidad, pero nos faltaba poder y cobertura nacional.

Lloras, pataleas, sientes un montón de emociones pero después te secas las lágrimas y continúas luchando si cabe con más fuerza.

Os paso algunas pautas que a mí personalmente me han servido y me sirven para no rendirme y seguir con mis propósitos en el día a día:

  1. Proponte metas razonables: Está bien aspirar alto y es muy importante que visualicemos en nuestra mente la mejor versión de nosotros mismos, pero debemos tener presente aquello de que Zamora no se conquistó en una hora. 
  1. Cultiva una buena actitud: La actitud positiva ayuda a tu mente a pensar libremente, haciendo que las ideas y soluciones surjan a la superficie; por el contrario, una actitud negativa produce un entorpecimiento y sofoca la creatividad. 
  1. Utiliza el fracaso como fortaleza: Necesitas aprender a aceptar el fracaso y a ver lo que puedes aprender de él en lugar de permitir que te haga sentir como si no fueras digno del éxito. 
  1. No permitas que nadie te diga que no puedes: Debes esforzarte en hacer que tu autoestima provenga del interior y en no dejar que las personas te menosprecien. 
  1. Acepta los cambios: Una variación en nuestra existencia puede traer la incertidumbre y  un periodo de crisis pero, si enfocamos nuestra realidad de un modo adecuado, podemos “reinventarnos”, o descubrir incluso aspectos insospechados que nos traen nuevas 
  1. Mantén una red social sólida: Tener amigos en quienes confiar, familiares que te quieran y se preocupen por ti, y ser parte de una comunidad sólida de personas que se preocupen realmente por los demás puede ayudarte a sentirte menos solo y con la capacidad de enfrentarte a los desafíos futuros. 
  1. Busca una persona de confianza que te mentorice: Tener una persona que haya pasado por lo mismo que tú o que haya descubierto una forma de tener éxito en tu campo puede ayudarte a sentir más confianza para continuar persiguiendo tu objetivo.
  1. Sé paciente: La ciencia bien entendida es sinónimo de control sobre nuestras reacciones y de influencia sobre las conductas de los que nos rodean. 
  1. Fortalece siempre tus conocimientos: Cuanto más sepas, serás más capaz de manejar cualquier desafío que se te cruce en el camino.
  1. Sé una persona de acción: Si te quedas lamentándote por todos los fracasos que has tenido y sintiendo lástima por ti mismo, entonces las cosas buenas nunca te ocurrirán. 

“Nunca renuncies a algo de lo que no puedas estar sin pensar ni un día”. –W. Churchill.