Hay momentos en la vida que uno se encuentra desorientado, fuera de lugar… como que no encajas en ninguna parte. No te preocupes porque todos hemos sentido alguna vez esa amarga sensación de desgana que te lleva a replantearte muchas cosas sobre ti mismo y tu vida en general.

Yo una de las veces que me sentí así fue cuando comencé a trabajar de una manera reglada, con contrato… allí por la prehistoria, en 1985. Acababa de terminar mi carrera de Filología pensando que sería profesora de lengua y literatura. De repente me vi en una empresa de servicios, sin casi formación al respecto y sola en una oficina que, aunque pequeña me parecía enooorme.

Fueron momentos duros, de trabajo intenso, de lágrimas amargas por la incomprensión de mis jefes que desde Madrid pasaban de todo.

¿Cuántas veces pensé en tirar la toalla? Muchas la verdad, pero alguien muy sabio (mi padre) me decía, tranquila estas aprendiendo un oficio, todo a su tiempo. Realmente así fue porque después de tres años decidí emprender en solitario y dejar atrás un modo de hacer las cosas que no iban con mi forma de ser.

Aquí estoy 29 años después con mi empresa y recordando con cariño esos años de aprendizaje que, aunque duros me hicieron ser más fuerte y convertirme en una persona emprendedora y valiente.

Es muy importante que te conozcas a fondo que sepas quien eres y donde quieres llegar. En ocasiones nos creamos máscaras adaptadas a los gustos de los demás para ser socialmente aceptados y acabas sintiéndote una marioneta del mundo, haciendo cosas que realmente no quieres, teniendo reacciones que no te pertenecen y pasando el tiempo con personas que no te pegan para nada.

Para encontrar tu lugar, para sentirte cómodo con lo que haces debes fijarte en dos cosas:

  1. Los sentimientos que son una parte muy importante de nuestra vida y que demasiado a menudo dejamos a un lado. Consideramos que la razón es mucho más fiable, más seria, pero en realidad es todo lo contrario: los sentimientos son los que realmente tienen el mapa de nuestro camino.
  1. Tus capacidades: ¿qué se te da bien?, ¿Qué habilidades tienes? ¿Qué haces muy bien sin apenas esfuerzo? Cuando respondes a estas preguntas, te das cuenta que tus capacidades también indican un camino: el de las cosas que sabes hacer mejor

Como ves los dos parámetros coinciden y esto no es por casualidad, el universo es muy sabio. Tu lugar está en la respuesta a dos preguntas: ¿qué te gusta? Y ¿qué sabes hacer?.

Resumiendo, te diré que no te conformes con la mediocridad y se tú en plenitud, siempre, eligiendo qué parte de ti poner de relieve en cada momento, con respeto hacia los demás, por supuesto, pero se tú. No seas la copia de nadie.

Tu eres un ser único y maravilloso, eres un regalo para el universo y nunca debes olvidarlo.

“Solo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar” Paulo Coelho