Cómo sabéis esta semana el tema que hemos tratado en nuestro vídeo y talleres ha girado sobre lo importante que es adaptarnos a los cambios sean positivos o cuando no lo son tanto.

Desde que nacemos hasta que nos vamos pasamos por multitud de cambios. Unos son pequeños, otros de grandes dimensiones y otros que trastocan todos los cimientos de nuestras vidas como es lo que nos está ocurriendo en estos momentos.

A la mayoría de las personas nos asustan o nos preocupan los cambios: miedo a lo desconocido, esfuerzo, sacrificio, inquietud. Y si los cambios nos vienen impuestos, ni te cuento lo que producen dentro de nosotros.

En los dos talleres que realizamos la semana pasada, fueron experiencias totalmente diferentes. En el primero todo salió como estaba previsto y fue realmente enriquecedor. El segundo con la misma preparación, pues llega el caos… la plataforma no responde bien, no nos vemos, ahora si, ahora no. Bueno pues hay que actuar rápidamente cambiamos de plataforma, nuevos códigos. Volvemos a entrar casi todas, algunas no pueden, en fin, lo hicimos como pudimos, al final quedó relativamente digno y lo mejor las risas y el saber convivir sin agobios cuando las cosas no salen cómo estaba previsto.

Eres mucho mas resolutiva cuando mantienes la calma. No debemos dejar nunca que nuestra amígdala se haga la jefa de nuestro cerebro y no nos deje ACTUAR.

En mis 32 años cómo empresaria hemos pasado ya por tres crisis y una fusión, además de pertenecer a un sector poco corporativo y enormemente competitivo. Os podéis imaginar que muy fácil no ha sido nuestro camino.

Cuando te suceden hechos que realmente te impactan: un impagado grave, una reducción de horas considerable, un futuro incierto, la pérdida de un cliente importante, etc. pasas por diferentes etapas

  1. Fase de Shock: te quedas atónito, perplejo, te parece un mal sueño, algo irreal.
  • Fase Negación: Esto no me puede estar pasando a mi. ¿Qué ha pasado si yo he hecho bien mi trabajo? No es posible, yo soy el líder de mi sector.
  • Fase de Ira: aquí se pone en marcha toda tu agresividad y te sientes fuerte por lo que mucha gente permanece demasiado tiempo en esta fase. Es difícil ayudar a la persona cuando se encuentra aquí. Esta ira puede estar dirigida hacia los demás o hacia ti mismo. Ninguna de las dos versiones, son muy apropiadas.
  • Fase de la Resignación: cuando entramos en esta etapa nos invade el miedo, la tristeza. Entramos en la hondura de nuestra fragilidad. Tiras la toalla y matas todos los poderes maravillosos que hay dentro de ti, apagas tu luz.
  • Fase Normalización: adaptación al nuevo mundo que renace. Utilizas toda tu energía y tu potencial para poder crear un nuevo mundo, una nueva situación para poder desarrollarte y crecer. Que todo pasa y que hay algo que siempre queda. Que un día dejamos de estar, pero no dejamos de ser.

¿Sabéis por qué después de tantos años aún seguimos en el mercado?

Porque seguramente habremos pasado por diferentes etapas mas o menos tiempo en cada una o en la mayoría de ellas, pero lo que no hemos hecho nunca es sentirnos Víctimas.

Siempre hemos pensado que éramos capaces de crear una nueva realidad y crecer en ella a través del esfuerzo, del entusiasmo, del compromiso, la confianza, el humor y la generosidad.