Cuántas veces hemos oído “esas sabias palabras” de: no vales para eso, no das el perfil, eres mayor, eres joven, eres extranjero, las mujeres no valen para este tipo de tareas o de trabajo.

No debemos dejar que estos mensajes que a diario escuchamos nos afecten y nos limiten nuestra capacidad de avanzar.

Piensa que las personas que opinan de ti lo hacen desde su realidad, no desde la tuya. Ellos conocen tu nombre, tu envoltorio, pero no conocen ni tu alma ni tu corazón. No han llevado ni tu piel ni tus zapatos.

Si yo les hubiera dado poder a los que a lo largo de mi vida han tenido a bien opinar de mi, ¿Dónde habría quedado mi poder? ¿Qué habría sido de mi vida?

Cuando era pequeña siempre había sido una niña brillante, incluso siempre adelantada a mi edad y a lo que el sistema decía que tenía que saber. De momento todo se tambalea, en menos de dos años cambiamos de ciudad y cuatro veces de colegio. Mi vida es un continuo terremoto de emociones, de encuentros, de despedidas, de rechazos y mi luz se va apagando. Yo que siempre había recibido condecoraciones a final de curso, que mis notas eran estupendas, suspendo casi todas y el resultado… repetir curso. Nadie confiaba en mi, yo me sentía como alguien sin valor y que según ellos no servía para estudiar.

Repetir curso me sirvió para conectar de nuevo conmigo, asentarme, reafirmarme y no creerme nada de lo que me contaban. Yo cada día trataba de tocar con los dedos mi dosis de gloria y lo conseguí. Porque más allá de los resultados que conseguimos está en lo que nos transformamos mientras peleamos por ello.

Otro de los retos de mi vida cuando emprendí con apenas 27 años: estas loca, ¿una mujer?, no tienes un carácter fuerte para llevar una empresa, eres demasiado buena persona (traducido por más bien un poco tonta). En fin, muchos consejos y opiniones unas bajo la bandera del amor y otras no se debajo de qué bandera.

Para sanar las heridas emocionales, debemos tener claro que somos personas únicas e irrepetibles. Debemos, con todas nuestras fuerzas, perderle el miedo a sentir y a pensar por nosotros mismos.

Pues mira, después de 32 años aquí sigo liderando una empresa de 300 personas y consiguiendo mantener el espíritu y los valores que nos han caracterizado, siendo una empresa socialmente responsable y a la vez rentable.

Que no te digan que no puedes, no lo consientas y no te lo creas. Que nadie cuestione tus capacidades

“PREOCÚPATE POR LO QUE OTROS PIENSEN DE TI Y SIEMPRE SERÁS SU PRISIONERO” LAO TSÉ

Mi humilde consejo: confía en ti, lucha por lo que realmente quieres y te sientes capaz. A lo mejor ahora te cuesta porque te faltan herramientas, un poco más de experiencia, más valor… pero no te preocupes mañana será otro día, lucirá el sol y tu con el.