Cuantas veces nos habremos dicho: ¡No tengo ganas de nada! ¡Me falta motivación! ¡A ver si me motivo para poner en marcha mí nuevo proyecto!…. O cuantas veces no habremos utilizado la Ley del Mínimo Esfuerzo para funcionar por la vida: estudiar lo justo para aprobar, presentar un trabajo para salir del paso, hacer una planificación con desgana para cubrir el expediente, etc.

Desde pequeños nos han inculcado la mala prensa del mínimo esfuerzo, pero en psicología es fantástica. No significa hacer las cosas a medias ni con borrones, sino encontrar el punto de ataque más débil, el cambio más pequeño que puedes hacer para desembocar en cambios con mayores logros.

Por eso, si quieres disponer de una vida llena y sentirte bien con la persona que eres, te recomiendo que no persigas cambios de grandes dimensiones tipo “quiero ser millonario y tener un físico 10” ni tan siquiera ser una grandísima persona y cambiar el rumbo de la Humanidad. Simplemente busca pequeños cambios con grandes efectos.

Si la sensación de “uff que pereza” la tienes la mayor parte del tiempo y con la mayoría de actividades que realizas, es importante que analices el problema y lo mires con mayor detenimiento. ¿Te falta entusiasmo en tus quehaceres diarios?, ¿Tu ambiente de trabajo es desordenado? ¿Estas viciado en hábitos que no te aportan demasiado, como mirar continuamente las redes sociales? ¿Te preguntas si te das espacio a actividades que te recarguen las pilas? ¿Tienes miedo y no consigues avanzar?

Reflexiona y averigua de donde viene tu malestar y tu desgana, si no lo haces tu vida nunca saldrá de la apatía y la mediocridad.

Por el contrario, si esto sólo te ocurre de vez en cuando, no tienes que darle mayor importancia. Existen distintas formas de trabajar que podemos utilizar para desbloquearnos o activarnos en esos días en que no tenemos ganas de nada. No te tienes que sentir culpable, esos días los tenemos todos.

Te voy a proponer algunas ideas para que las utilices en estos días apáticos y sin ganas de verte:

Planifica

A veces no tenemos mucha energía para realizar cosas, pero si para planificarlas. Hacer listas y prever determinadas acciones nos enfoca y nos despeja.

Cuando pasamos un rato revisando y planificando se nos despierta el deseo de empezar a hacer eso que hemos previsto, nos da como un pequeño subidón. Por tanto, esta es una tarea perfecta para centrar nuestra mente y despertar nuestro entusiasmo.

Ordena

No hay hecho que otorgue más claridad en la mente, y a la vez mueva más energía que la de ordenar un espacio físico o digital. Ordenar significa repasar todo lo que tenemos, reestructurar, descartar lo que ya no sirve y colocar lo restante de una forma más fácil de encontrar.

Ordenar es algo que requiere tiempo pero no demasiada energía o concentración, por eso es una de las tareas “estrella” para los días de baja productividad. Además, observar nuestro entorno ordenado y limpio nos produce una enorme satisfacción y la sensación de haber hecho algo importante ese día.

Crea

Está comprobado que en los días apáticos se esconde un gran potencial creativo. Seguro que recuerdas esas tardes de exámenes  en las que redecorabas tu habitación, escribías poemas de amor o canciones maravillosas y esos dibujos dignos del mejor pintor. Me atrevería a aventurar que las mejores obras de arte y proyectos empresariales nacieron de ratos de aburrimiento y mente dispersa.

Momentos de placer

Para finalizar si sientes que no estás para ninguna de esas propuestas, tal vez necesitas algo más placentero. Estoy segura que hacer algo agradable que llevamos posponiendo, nos beneficia más, que sesiones interminables de facebook, videos de youtube, etc.

Te sugiero estas tres a ver que te parecen:

  • Una sesión de spa en tu propia casa: la sensación que tendrás al mimarte y cuidarte no tendrá precio y seguro que te dará fuerzas para ponerte en marcha otra vez.
  • Pasear solo o acompañado. Existen pocas cosas tan fáciles y baratas como esta. Un paseo es siempre restaurador y despeja las ideas.
  • Envía un mensaje a alguien que hace mucho tiempo que no ves. Fortalece tus relaciones con los demás. Dar nuestro cariño y apoyo a otras personas siempre nos hace sentir bien.

Como resumen a todo lo expuesto deciros que tenemos que respetar nuestros ritmos, no siempre podemos estar al 100%. No se trata de convertir los días apáticos en la tónica general, pero sí de asumirlos y entenderlos cuando aparezcan.

“La vida no es una tecnología, ni una ciencia. La vida es un arte, has de sentirla. Es como caminar por una cuerda floja” Osho.