Arriesgarse es atreverse a elegir entre varias posibilidades que te ofrece la vida. Cada día vamos caminando por territorios a veces desconocidos, donde el quehacer, las costumbres, el lenguaje son diferentes y necesitamos aprender como desenvolvernos en ese nuevo entorno.

Si estamos preparados para crecer en nuestro interior, también lo estamos para dejar atrás la forma como nos veíamos y esto por supuesto implica un riesgo. En nuestros adentros nos preguntamos ¿Qué pasará si desaparece nuestro yo actual y nada lo reemplaza? ¿Y si se destruye nuestra esencia? La verdad es que todo riesgo implica algún tipo de pérdida, pero aprender a aceptar las pérdidas es también parte del proceso de crecimiento.

Seguro que conocéis a muchas personas que continúan manteniendo determinadas relaciones porque simplemente les proporciona seguridad, otras que siguen en trabajos insatisfactorios porque temen tomar nuevas responsabilidades y otras que pertenecen a un grupo porque temen a la soledad. En todos estos casos está agazapado un mensaje “nadie me quiere, mejor me quedo con lo que tengo antes de correr el riesgo y perderlo todo” Yo les diría que la verdadera seguridad personal viene de nuestro interior y no en lo que nos ofrezcan los demás; para sentirnos realmente seguros debemos confiar en nosotros mismos. Si, se tu mismo y aunque te asuste y te produzca ansiedad lucha por identificarte con ese YO fuerte que confía en ti y no en esa persona que pretende ser irreal, deshonesta o falsa.

Te aconsejo que no te desanimes porque los riesgos que tenemos que correr para llegar a tener una vida mas honesta al principio se hacen más difíciles, pero cuando comenzamos a tomar decisiones y a realizar cambios, la tarea comienza a resultar más sencilla. Conforme nos vamos sintiendo más cómodos con el riesgo, éste se convierte en algo cotidiano y la vida que vamos creando se transforma en un mundo lleno de posibilidades.

Es un gran momento de oportunidad, la vida nos ofrece la oportunidad de crear la realidad que nosotros queremos. Nos sentimos perdidos, porque no tenemos las nuevas respuestas, pero debemos abrir los ojos y ver el mundo de posibilidades nuevas que se dan a nuestro alrededor.

Arriésgate a encontrarte de nuevo, busca ese niño que hay en ti, ese niño que nada temía, que era libre, que decidía su propio camino, encuentra al adolescente que luchó hasta el final de sus fuerzas para que ese niño no le abandonase, y convence a tu ser adulto para que se despoje de tantos personajes y no tenga miedo a mostrarse tal y como es.

Arriésgate a crear tu realidad, arriésgate a tomar las riendas de tu vida a pesar del miedo, arriésgate a ser feliz.

Los vientos que a veces se llevan algo que amamos, son los mismos que nos traen algo que aprendemos a amar. Por eso no debemos llorar por algo que nos fue quitado y si amar lo que nos fue dado. Porque lo que realmente es nuestro nunca se va para siempre.-BOB MARLEY-