Es bueno hacer planes, yo no digo que no, pero después de los últimos acontecimientos de nuestras vidas, tengo que deciros que hay que hacerlos pero mantengámonos  flexibles por si las cosas, los acontecimientos no salen como los habías soñado o planeado.

Te imaginas un gran acontecimiento de tu vida de una manera, lo visualizas, lo sueñas y de la noche a la mañana resulta que el acontecimiento se da pero totalmente diferente a como lo habías planeado.

Al principio nos quedamos perplejos, tal vez un poco aturdidos, desencantados, preocupados… pero en seguida debemos reubicarnos, adaptarnos y asumir el nuevo escenario, el nuevo planteamiento. Esa transición nos vendrá muy bien para sentirnos de nuevo como pez en el agua y disfrutar con ese rol actual.

Esas sorpresas agridulces son las que le dan sentido a la vida y cuando las vences sales fortalecido y sintiéndote un poquito más sabio. Si cuando te ocurren cosas inesperadas consigues no perder las riendas de tu vida, todo volverá a su cauce. Por eso deja fluir y no te quedes encerrado en ser una víctima sin más … eso no te llevará a ninguna parte.

Te doy algunos pasos para que te ayuden a salir de ese shock que entras cuando las cosas no te salen como tú las habías soñado o planeado:

  1. Date la licencia de cabrearte, renegar, dar algún que otro puñetazo a la almohada. Eso si por poco tiempo. Suéltalo todo para dejarlo ir y no te recrees en la autocompasión, ya que eso no es nada sano.
  2. Respira profundo y recupérate lo antes posible.
  3. Cuando la tormenta haya pasado analiza, piensa y gestiona nuevos escenarios.
  4. Ármate de persistencia, determinación, constancia y mucha paciencia.
  5. Rodéate de personas positivas y activas para aprender de ellas y sentir sus buenas vibraciones
  6. Ten siempre un plan, B, C… sé una persona de recursos, adaptable y flexible.

No sabemos por qué ocurren las cosas, yo estoy convencida que siempre ocurren por algo, aunque de momento no entendamos, con el tiempo y con perspectiva seguro que si lo entenderemos. Tal vez los días malos están para que los buenos lo sean aún más.