Llevo varios veranos viendo cada día tu fuerza de voluntad. Como cada mañana recorres a penas 10 metros hasta llegar al agua. Esos pocos metros son toda una maratón para tus piernecitas débiles y tu cuerpo que parece una frágil hoja de otoño. Esa debilidad solo es apreciable para los que no te conocen, para los que apenas se fijan en ti, los que te miran con cara de pena sin saber que tu fortaleza está por encima de todos y de todo.

Ver tu cara cuando llegas a la orilla de la mano de tu padre, es el mejor poema que el mas afamado poeta pudiera escribir. Sonríes, porque has llegado a la meta y la frescura del agua te reconforta y te sientes feliz, muy feliz. Muchas personas piensan que tu cara es inexpresiva, tal vez porque solo te miran de refilón, con miedo, pero a mí, que te miro cada día, me pareces  bello, bellisimo… Me das tanta fuerza y energía que tan solo puedo darte las gracias por ofrecerme cada mañana esa lección, ese testimonio que irradia sabiduría, fortaleza, vida.

Seguramente tus padres cuando se dieron cuenta de que eras diferente se preguntarían ¿por qué? Les costaría tal vez asimilar que el sueño que se habían imaginado de un niño sano, fuerte, normal…. como dirían algunos. Se había transformado en trabajo, rehabilitación, insomnio, dolor, lágrimas. Yo se que es difícil asumir determinados  giros que nos da la vida, pero si toda esa rabia, impotencia, tristeza, la transformamos en amor, fortaleza, alegría, seguro que salimos fortalecidos y viviremos una vida plena y con mas agallas que el resto de personas que nos rodean.

Conozco varias familias que tienen un hijo diferente y puedo asegurar que una vez que han superado todas las interrogantes derrotistas y se quitan el yugo de la autocompasión, viven su vida con una libertad encomiable y derraman su perfume de optimismo y superación que nos llega a todos los que estamos a su lado..

Últimamente la vida me pone en el camino a personas maravillosas que con sus superaciones me hacen vibrar, me hacen llorar y reír  a la vez de emoción. Nada ocurre porque sí, hay que estar atentos a lo que pasa a tu alrededor porque si te estás mirando el ombligo, si no paras de ver problemas incluso donde no los hay, a lo mejor te pierdes experiencias y vivencias increíbles.

La vida es un viaje y deseo con todas mis fuerzas que en ese viaje me acompañen cada vez mas seres humanos a los que amar y si puede ser que me amen. Donde podamos expresarnos tal como somos, sin prejuicios, sin distinciones. Donde la diversidad sea el denominador común de nuestras vidas.

Estoy totalmente convencida de que no es ninguna utopía, yo personalmente me comprometo que mientras tenga fuerzas, dedicaré mi tiempo, mi comprensión, mi humilde sabiduría a conseguirlo.