El otro día comentaba con unas amigas lo bien que se me daba ahora delegar. En esta etapa de mi vida puedo hacer muchas mas cosas, o a veces las mismas pero sin tener la sensación de ansiedad o agobio que antes me producía tener que llegar a todo.

Delegar es bueno, pero tienes que hacerlo de una forma efectiva, sabiendo y eligiendo a la persona adecuada para hacer la tarea concreta a realizar.

Delegar de forma efectiva no es solamente añadir éxito a tus logros, sino multiplicarlos. En la mayoría de los casos, no delegar eficazmente reducirá la velocidad de tu desarrollo. Por lo tanto, si deseas mejorar el uso de tu tiempo, delegar es fundamental.

Si eres o deseas ser un buen líder, saber delegar es lo que prueba que tienes confianza en tu equipo y eso significa mucho para ellos, significa que crees firmemente que tienen la capacidad de llevar a cabo las tareas que les encomendaste con la misma responsabilidad con que las hubieras hecho tú. Esto ayuda a tu equipo a que sepan que realmente cuentas con ellos y también los reta a buscar nuevas formas de sobresalir, probarse a sí mismos y a crecer profesionalmente y como personas.

Delegar no quiere decir librarse de las responsabilidades sino compartirlas, la confianza en el equipo de trabajo tiene que generar autonomía y respeto entre todos los que lo conforman. Con esto viene también la obligación de compartir tanto logros como fracasos y por lo tanto para aprender esta habilidad debe estar dispuesto a afrontar las consecuencias.

Ser un jefe o líder que se la pasa con sobrecarga de trabajo mientras su personal está esperando a que se le de instrucciones, teniendo a su cargo personas que no crecen o sin querer asignarles tareas a su equipo por temor a que no lo hagan como uno espera no es algo sano. Cada integrante del equipo debe tener su espacio con responsabilidades y autoridades de tal forma que lo desempeñe correctamente y es responsabilidad de su líder el apoyarlo en lo que necesite para que cumpla con sus tareas pero no quitándoselas o asignándole solamente tareas sencillas, eso sólo genera aburrimiento, desconfianza y falta de motivación a cualquiera.

Si en realidad deseas aprender la habilidad de delegar, aquí hay algunos consejos que podrían serte útiles:

  1. Elige a la persona adecuada para el trabajo, ya sea porque es la mejor preparada o porque es la que mejor interés presentará y le servirá esa tarea.
  1. Comparte el conocimiento, comparte con la persona el porqué de ese proyecto o actividad. Es sumamente fastidioso que a una persona que está ocupada y le gusta hacer cosas relevantes sienta que se le está encomendando algo que posiblemente ni siquiera sirva (o al menos que así lo sienta). Explícale cual es el objetivo y qué se intenta lograr con eso. Prácticamente dale a entender el porqué necesitas a esa persona.
  1. Delega autoridad y responsabilidad al mismo tiempo.No se vale que la persona no pueda decidir o tomar decisiones pero que sí tenga toda la responsabilidad de hacer lo que le hayas asignado. Tiene que entender que está en libertad de trabajar y conseguir los resultados.
  1. Enfócate en el resultado y no en el método.Deja que la persona a la cual delegaste ese proyecto o actividad decida el cómo hacerlo y que desarrolle su propia metodología para lograrlo. No es válido pensar que todos harán las cosas tal cual las hacemos nosotros mismos y no por eso quiere decir que el resto o uno mismo estén mal.
  1. Hazlo medible y alcanzable. No dejes la tarea “para cuando tú puedas”. Es importante que se fije una fecha para revisión o para finalización de lo que estás asignando. Tenemos que ser específicos en la relevancia de tiempos para que no quede duda de lo que se requiere.
  1. Guía, aconseja, respalda y apoya. No hay nada mejor que una persona que siente que no está sola en su trabajo y tiene a su equipo y su líder apoyándolo en lo que sea necesario. La confianza y el respeto se gana, solamente así obtendrá lo que desea al delegar. Un buen líder siempre predica con el ejemplo.
  1. Honor a quien honor merece. Dale el crédito que se merece a la persona a la cual le encomendaste el trabajo y si no se cumplió lo esperado asume tú la responsabilidad. No te deslindes de tu responsabilidad cuando las cosas no salgan como tú esperabas.

Ningún gran líder llega a serlo sin saber delegar el trabajo a las personas que tiene en su equipo.

Todo esto que hemos visto  no es ciencia espacial, aunque sí requiere de paciencia. Pero invertir tiempo en hacerlo mejor y logrando que las personas a tu alrededor respondan a ello es la única forma de avanzar y de liberarte para hacer cosas más valiosas tanto en tu vida profesional como laboral.