Seguro que a veces os habéis preguntado que por que personas de la misma familia, del mismo entorno, unas ven con mirada positiva y sin embargo otras se empeñan en ponerse lentes especiales para ver negativo.

El pesimista vive en un mundo oscuro, opaco, mientras que el optimista ha elegido ver el mundo desde otra perspectiva con claridad, brillo y una vida llena de oportunidades. La diferencia radica en sus pensamientos y por ende en su forma de ser y vivir.

Si en estos momentos te encuentras en una situación, en un ambiente no deseado, puedes empezar a crearte una nueva realidad, optando por otro tipo de información y pensamientos.

Nuestros pensamientos son la semilla de lo que mas tarde ocurrirá en nuestra vida y por lo tanto somos responsables de ellos. Somos los constructores de nuestro propio destino. Según la semilla que sembremos así serán los frutos, dulces o amargos.

Cada vez estoy mas convencida que el Universo no favorece al codicioso, al deshonesto….. aunque en un primer momento parezca lo contrario, al final prevalece la honradez, la generosidad, honestidad y puedo decir que lo he vivido en primera persona.

Ayer hablando con una clienta y desde hace dos meses, también una buena amiga, le he comentado que las metas hay que visualizarlas, tenemos que construirlas mentalmente para que luego se hagan realidad.

La visualización positiva no es más que la capacidad que todos poseemos para crear una imagen mental clara de aquello que queremos conseguir como si ya lo hubiéramos hecho. Por lo tanto ten siempre presente que tu dialogo interno puede convertirse en tu mejor aliado o en tu peor enemigo. Es increíble como muchas personas son víctimas de sus propios pensamientos ya que emplean la mitad de su día, flagelándose con penosos castigos mentales que lo único que consiguen es mantenerse atados a la pesada cadena de la mediocridad y la apatía.

Realmente nuestra sociedad necesita de personas alegres, bondadosas. Ciertamente cuesta lo mismo poner una cara risueña que ir con cara de chupar limón, enfadado, triste. Ni te imaginas como influyes en el resto de la gente que te rodea! Todos reciben la ayuda o el estorbo que nosotros transmitimos.

No hay nada más valioso que ser capaz de olvidar todo aquello que nos ha resultado desagradable, aquello que fue un estorbo en nuestra vida. Eso sí, aprende de tus caídas y camina con paso firme. Si lo consigues serás feliz tanto en circunstancias prósperas como adversas y disfrutar aunque el resto pierda la esperanza y tire la toalla.

Después de todo lo escrito, no creas que una actitud positiva te permitirá hacer cualquier cosa, lo que hará es ampliar tu visión, de manera que puedas hacer todo mucho mejor. No serás el más guapo, el más inteligente, el más fuerte, ni desaparecerán todos tus problemas. Lo que sí hará es darte la oportunidad de aprovechar al máximo tus recursos y obtener mejores resultados.

Todo en la vida se consigue a base de esfuerzo, doy  fe, las cosas que he conseguido en mi vida han sido a base de tenacidad, orden  y gran capacidad de trabajo. Ser una persona positiva no hará que tu cuenta corriente crezca como la espuma. Para que esto ocurra debe haber armonía entre tu manera de pensar y tu forma de actuar.

San Pablo ya lo decía: “No se engañen, cada uno cosecha lo que siembra. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.”

Demasiadas personas hoy en día, piensan que todo esto no sirve para nada y que es mejor ser realista y aceptar las cosas como son. Pero lo cierto es que grandes triunfadores como B. Franklin, utilizaron las afirmaciones para mejorar su calidad de vida y programar su mente con las virtudes que deseaba desarrollar en ella.

Como rubrica a este texto diré que estoy feliz con esta nueva filosofía de vida que vivo y disfruto cada día. La actitud positiva sin acción son solo intención y como ya sabemos, las buenas intenciones no producen resultados.