Mi nombre es Maribel Muñoz, tengo más de 50 años. Soy Licenciada en Filología Hispánica. Máster en dirección de empresas y un montón de cosas más porque aprender es una de mis pasiones. El año pasado me hice instructora en risoterapia ya que considero que la risa es muy importante para nuestro caminar diario. Me considero y me consideran una persona muy risueña.

Con mi experiencia puedo hacer grandes aportaciones a todas aquellas mujeres que estén indecisas y no se atrevan a dar el paso.

Soy empresaria desde el año 1988, comencé con un préstamo bancario, un embarazo de cinco meses y con la ilusión tatuada en mi piel. Después de este tiempo tengo una plantilla de aproximadamente 300 personas y la satisfacción de haber conseguido tener una empresa responsable socialmente y rentable al mismo tiempo.

A nivel personal estoy felizmente casada, tengo dos hijas maravillosas, y soy abuela molona de dos preciosos nietos.

En 2014 conseguí mi certificación como coach personal, aunque ya llevaba más de seis años trabajando con colectivos vulnerables: mujeres víctimas de violencia de género, paradas de larga duración, y mujeres de distintas etnias y razas…

Ayudo a las mujeres a fortalecer su autoestima y refuerzo sus actitudes positivas, consiguiendo en este tiempo resultados muy gratificantes para ellas y por supuesto también para mí: formación, imagen y sobre todo incorporación al mundo laboral.

Me defino como una mujer luchadora, vitalista, emprendedora y que tiene la felicidad como actitud de vida. Ya sé que no puedo cambiar el mundo en su globalidad, pero en la medida que puedo intento que mi entorno sea lo más afable posible y contagiar de espíritu positivo a las personas que me rodean.

Me encanta reinventarme y hacer cosas nuevas que voy descubriendo por el camino. Disfruto de cada momento e intento adaptarme a todos los acontecimientos que van ocurriendo en mi vida, sean buenos o menos buenos. Soy muy afortunada de encontrarme con personas que me van enriqueciendo, para ello estoy siempre muy atenta, así como para desprenderme de lastres, de personas que paran mi carro de la vida y no me dejan avanzar. Esas las mantengo lejos o simplemente las ignoro.

Cada día estoy más contenta y feliz con mi trabajo y me llena de vida poder ayudar o simplemente acompañar a otras mujeres que como yo intentan mejorar cada día.

“Nosotras las mujeres nos entendemos”.