Desde muy pequeña me ha gustado mucho leer y me encantaba hacerlo en voz alta. Tal vez será porque a mi abuela Silvina, que no sabía, le encantaba que yo lo hiciera. No se cuántos libros habré leído en mi vida…. no los he llevado en cuenta, pero seguro que mas de 500. Las lecturas han sido desde cuentos, libros infantiles, para adolescentes y luego ya en mi vida adulta de todo tipo: teatro, poesía y sobre todo novela. Es el género que más me gusta, con diferencia.

Soy licenciada en Filología Hispánica y recuerdo esos cinco años sin duda cuando mas libros pasaron por mis manos de todo género y culturas distintas: en latín, en italiano, catalán y sobre todo en castellano con todas sus vertientes y distintas variedades.

Cuando estaba en la Universidad, recuerdo que tenía un amigo muy gracioso que le sacaba motes a todo el mundo: La Venus de Mogente, Pitagorín, etc. Realmente tenemos mucha costumbre de recibir o poner etiquetas, según la percepción que tenemos de los demás o que los otros tienen de nosotros. Lo triste del caso es que la mayoría de las veces esos comentarios, están asociados a primeras impresiones, obviando el hecho de que realmente no conocemos a fondo a la persona en cuestión. Podemos decir que están determinadas por los prejuicios, pensamientos y creencias de la persona que las asigna.

Hay motes graciosos que no lastiman al que lo recibe y este lo acepta como algo jocoso y divertido. En cambio hay otros que son hirientes y lastiman, si es que alguna vez se enteran de cómo alguien ha decidido denominarle.

¿Te molestan este tipo de cosas? ¿Te preocupa demasiado lo que los demás puedan pensar u opinar de ti?

Si me admites un consejo te diré que lo que nos define no son las opiniones positivas que los otros puedan tener sobre ti, o las críticas a las que nos vemos expuestos cada día, sino la valoración que hacemos sobre nosotros mismos. Se trata por tanto de una cuestión de autoestima.

Por eso os invito a que aprendáis a identificar vuestras virtudes y limitaciones. Que os aceptéis con plenitud y sentéis una buena base emocional estable sobre la que construir todo aquello que consideréis necesario para vuestro crecimiento personal. Todo ello sin olvidar que cada persona tiene su proceso en tiempo y espacio, por eso que no os quepa duda, que el respeto será lo que nos hermane, nos una.

Os dejo algunas pautas que os ayudaran a que vuestra autoestima mejore:

  1. Acéptate, deja de infravalorarte. Corrige tus deficiencias pero desde el cariño y no dejes que las opiniones externas te hagan sentir mal.
  2. Confiemos en nosotros y eliminemos los sentimientos derrotistas
  3. Cuidemos la alimentación, hagamos ejercicio, bebamos agua. Es decir vamos a mirar por nosotros.
  4. No dejemos nuestro sentir en manos de otros, rompamos las dependencias emocionales que nos atan y nos hacen esclavos.
  5. Aprendamos a decir que no y luchemos contra el conformismo.
  6. Realicemos siempre una autocrítica constructiva.
  7. Dediquemos un espacio del día para nosotros: mimémonos, disfrutemos de la tranquilidad, celebremos nuestros éxitos personales, démonos un capricho de vez en cuando.
  8. Apostemos por el sentido del humor, que la risa sea nuestra mejor aliada.
  9. Liberémonos de todo aquello que sea un lastre y nos haga sentir mal.
  10. Pongámonos metas alcanzables y seamos capaces de dar nuestra opinión ante las exigencias de los demás, sin caer en el servilismo o la falta de control.

Para terminar os recuerdo que apostar por nuestra felicidad es el mayor acto de amor que podemos tener hacia nosotros. No renunciemos a ello y amémonos. Nuestro entorno lo notara y lo agradecerá.

¡SEAMOS EJEMPLO PARA EL MUNDO!