Hoy en día llevamos una vida tan acelerada, tan estresada, tan llena de cambios que nos zarandean cual marioneta sin cuerdas, que no nos percatamos de los bonitos detalles que el Universo nos pone delante, no somos capaces de verlos y sentirlos aunque estén tan cerca y los tengamos que apartar de un manotazo, o con un requiebro que ni el mejor contorsionista del mundo haría.
Desgraciadamente la mayoría busca su propio provecho y satisfacción, dejando a un lado los pequeños detalles que hacen que podamos disfrutar lo que la ley Divina nos ha dado.
Debemos vivir agradecidos por ese aire que cada día respiramos, por los ojos que nos permiten ver las maravillas de la naturaleza, por notar que tenemos salud para estar de pie y luchar por nuestros sueños.
Observa que las personas que siempre están de mal humor o rezuman agresividad, es porque no han entendido que los detalles pequeños de la vida son los que nos inundan de una sonrisa hermosa.
Te propongo que pongas la conciencia en esos pequeños detalles que no solemos ver porque estamos perdidos en grandes proyectos, en grandiosas aventuras que a lo mejor no llegan y sin embargo nos desgarramos la piel creyendo que eso nos traerá la felicidad, la riqueza, la estabilidad.
Disfruta con el amanecer de cada mañana, incluso aunque te levantes muy temprano… aprovecha en poner el camino y encender la luz del alba para los que vienen detrás de ti. Con la lluvia que te empapa y abraza cada parte de tu cuerpo. Con el olor de aquel guiso que alguien preparo con tanto amor. Con ese beso que te da cada mañana los buenos días. Con esas miradas que hablan sin decir palabra. Con el saludo de alguien que tal vez hacía tiempo que apenas te miraba. Con mirar las estrellas y llorar de emoción. Con el olor de una rosa fresca. Con caminar descalzo por la mullida arena caliente. Con saborear los besos de los que te aman. Con enlazar tus manos con las de otros con increíble facilidad.
No es hora de quejarse por lo que no tenemos o lamentarse por lo que tuvimos y perdimos. Hoy sin duda, es el mejor día para comenzar de cero y valorar cada pequeño detalle que permita a nuestra vida experimentar lo bello que es vivir sin rencor, sin engaño. Vivir con plenitud y disfrutar de lo que tenemos y no de lo que está por llegar. Ser rico en buenas acciones, en grandes valores y no solo en grandes riquezas materiales.
No se trata de crecer a ratos, de vez en cuando o transformarse cuando las circunstancias nos obligan, debemos hacer de la transformación una manera de vivir.
Cada persona que se cruza en mi camino me enseña una lección y yo la recibo con pleno agradecimiento. De algunos aprendo de manera consciente, de otros mediante la observación y con todos comparto un pedazo de mi vida.
Ponte en marcha y dale la oportunidad a tu alma para que se manifieste en su mejor versión: quiérete y ama a los demás… es el mejor CAMINO