La vida terrenal es muy corta y es por ello que debemos vivir cada instante, disfrutar cada momento. No podemos saber lo que va a ocurrir dentro de un par de años, pero si podemos gestionar hacia donde se dirige nuestro camino, los pequeños pero certeros pasos que damos día a día y quienes serán nuestros compañeros de viaje.
Nuestro futuro no lo sabremos hasta que no hayamos llegado, pero si nosotros lo hemos diseñado y no hemos dejado nada en mano del destino, tendremos la sensación de no haber fracasado. A medida que vamos poniendo de nuestra parte para conseguir las metas, nuestra estima se va reforzando y será el verdadero motor para coger fuerza y confianza hasta alcanzar el objetivo que nos hemos trazado.
Es mas aconsejable poner pocas expectativas y fijarlas a corto plazo, ya que al hacerlas alcanzables ganaremos confianza. Un ejemplo son las interminables listas de propósitos que nos hacemos cuando comienza un nuevo año y que luego abandonamos antes de tiempo porque siempre hay otra cosa a la que dar prioridad. Por lo tanto, si sabemos que poner demasiadas tareas nuestra mente se va a agobiar, debemos coger una sola y concentrarnos en ella. Más vale una y conseguirla que muchas y fracasar en el intento.
Toda lo que realizamos tiene un fin determinado. Me preparo bien la reunión para que sea ágil y lleguemos a conclusiones válidas, sigo un plan nutricional para conseguir tener una vida y un cuerpo más sanos, no paro nunca de formarme para que mi mente este siempre en activo y mis trabajos sean más profesionales. Pero sabemos que no todos los factores para llegar a la meta dependen de nosotros mismos y puede que el resultado obtenido no es el que habíamos deseado.. Cuando esto ocurre, que las expectativas y la realidad no coinciden, lo vivimos como un fracaso y puede aparecer la frustración.
El modo como interpretemos los obstáculos que aparecen en nuestro camino, será lo que producirá o no la frustración: si los consideramos un impedimento, nos sentiremos mal; en cambio si lo vemos como una posibilidad de aprender y evolucionar, la sensación de fracaso ya no tendrá razón de ser.
Realmente, lo que nos hace mas daño, no es la frustración en sí misma, sino el sentirnos incapaces de reaccionar ante las adversidades de forma eficiente. Tomemos pues como punto de referencia la buena comunicación, la creatividad, el ingenio y la aceptación de que en la vida hay momentos buenos y malos y todo ello nos ayudará a crecer. Como siempre amigos es una cuestión de actitud.
En la vida hay gente de todos tipos: los que te ayudan, los que son indiferentes a tu suerte, los que te miran pasar, los que si lo pides te dan la mano y los que al contrario te ponen el pie. Si te encuentras gente de estas últimas, por desgracia hay muchas, te aconsejo que no te lo tomes como algo personal, ríete y no dejes de pensar que el problema lo tienen ellos.
El ser humano vive de juzgar, juzgan como te vistes, cuánto dinero ganas, que posees, como te ves, como hablas, como interactúas con el mundo. En realidad nos pasamos media vida juzgando a la gente, si no, ¿cómo es que llegamos a la conclusión de que una persona es aceptable o deleznable? Esto es obviamente juzgando sus acciones.
Todos nos encontramos tarde o temprano con personas frustradas, lo importante es saber cómo defendernos de sus malas energías.
Yo pienso que hoy puede ser un gran día para fijar la mirada en el horizonte, beber de nuestras fuentes, confiar, perseverar en el empeño de vivir feliz, cantarle a la esperanza. Hoy es un gran día para seguir luchando y conseguir que tus sueños se conviertan en realidades.