Todos sin excepción pasamos por malos momentos alguna vez. Somos personas conviviendo en un mundo difícil que esperamos poder reparar algún día.

Este escrito va dedicado a tres buenos amigos que en estos momentos la travesía de su camino es complicada, pero me consta que nunca bajan la guardia y cada día que amanece sacan sus fuerzas, un tanto mermadas ya, y se ponen a vivir con uñas y dientes.

Va por vosotros: Arturo, Pedro y Pilar

Comenzaré con este poema de Rudyard Kipling que a mi personalmente me parece una maravilla:

Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
solo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber
pero mucho que pagar,
y precises sonreír
aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
¡pero nunca desistir!

Tras las sombras de la duda
ya plateadas, ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo
no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
figúrate cuán cercano
pueda estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano.

Lucha, pues por más que tengas
en la brega que sufrir,
cuando todo esté peor,
más debemos insistir.

De todo debemos aprender… Aún cuando nos encontremos mirando con temor nuestro futuro, llenemos nuestro corazón y nuestra vida con un fuerte deseo de seguir…

Que nada ni nadie nos desaliente…

Somos nosotros los únicos que podemos elegir: Bajar los brazos ó seguir peleando.

La vida no es fácil a veces…

Pasamos por pruebas difíciles, pero siempre debe existir en cada uno de nosotros la fuerza necesaria que nos permita levantarnos y seguir caminando…

Nunca estamos solos, siempre va a ver alguien que nunca te dejará caer, ese alguien es el que te quiere, el que te ama, te respeta y quiere verte bien, quiere ver una sonrisa de tu parte. ( Aquí estoy)

Recordad: “de un momento malo, sale otro bueno”.