Llevo toda la semana intranquila, rara y mandando mensajes y propuestas de amor en los diferentes foros en donde me muevo. Tal vez mi alma presentía lo que ayer se hizo realidad: la masacre de personas inocentes en Paris, que su único delito era estar en el sitio y a la hora equivocada para que unos terroristas sin escrúpulos les sesgara la vida.

Pero esto que ocurrió ayer y que hace unos años lo vivimos mucho mas de cerca, en Madrid, está ocurriendo hace mucho tiempo, demasiado diría yo, en países como Siria, Iraq o Libia o … pero parece que no nos afecte tanto porque nos pilla mas lejos, lo miramos desde otra perspectiva. Pero todos tenemos derecho a la vida y a la paz y nadie bajo la bandera de ninguna religión, partido o ideología puede atentar a sangre fría y sin ningún motivo sobre los demás.

Vivir en paz es vivir en armonía con uno mismo, los demás y todos los seres sintientes a tu alrededor. Vivir en paz es tanto un proceso externo como interno. De manera exterior, vivir en paz es una forma de vida en la nos respetamos y amamos unos a los otros a pesar de nuestras diferencias culturales, religiosas y políticas. De manera interior, todos tenemos que buscar nuestros corazones y mentes y entender el miedo que causa el impulso de la violencia, ya que si continuamos ignorando la rabia que llevamos dentro, la tormenta exterior nunca desaparecerá.

La paz interior surge como un producto del conocimiento propio: aprender a dominar nuestro egoísmo y el deseo de tener siempre la razón en todo lo que hagamos en la vida cotidiana.

Saber escuchar con atención y comprender las debilidades propias y ajenas.
Pero sobre todo: pensar en los demás siempre, y no en nosotros.
Cuando esto ocurre conciliamos de verdad la paz con nosotros mismos y con nuestros semejantes. Por lo tanto no seamos hipócritas y prediquemos pero también actuemos. No exijamos a los demás lo que nosotros no sabemos o no queremos hacer en nuestra vida, en nuestro pequeño y cercano mundo

Quiero caminos abiertos y avenidas alargadas

Y quiero un campo infinito.

Quiero horizontes rasgados por donde llegue la paz

y donde nacen los lirios.

Quiero un bando de palomas

Que la proclamen a gritos

Y que con mansos arrullos

La propaguen como un abanico.

Quiero blancuras de nieve

Quiero sonrisas de niños

Quiero que el mundo se manche

De pétalos y de ritos

Y que la guerra se entierre

Para siempre en el olvido

Paz y amor es el clamor estruendoso

Que puebla nuestros caminos

Paz y amor quiero cantar

Por los siglos de los siglos.