En mi caso yo os puedo decir que me he ido haciendo a lo largo de los años. Quién me iba a decir a mi cuando estaba estudiando Filología que los derroteros de la vida me iban a llevar a donde me han llevado.

Yo que soñaba con ser profesora, yo que era más bien miedosa…, pues resulta que se me brinda la oportunidad de trabajar cuando estaba acabando la carrera en algo que ni estaba preparada, ni me prepararon, pero que despertaba mis ansias por incorporarme al mundo laboral.

Me contratan y me dan una formación pobre y escasa, abandonándome a mi suerte en una pequeña oficina que yo misma busque en la calle Ribera, mis jefes vivían en Madrid, allí estaba la central. Yo me desesperaba, lloraba de impotencia, porque no entendía muchas de las situaciones que se me planteaban. Poco a poco y echándole amor propio, ganas, sentido común y sobre todo muchas horas, me fui haciendo con mi puesto de trabajo. Estaba naciendo dentro de mí la semilla empresarial que me hizo dar el salto tres años después.

Durante tres años sufrí mucho, os lo puedo asegurar. No me gustaban las formas de tratar a la gente, la irresponsabilidad de los que debían dar ejemplo, la organización, etc. Por lo tanto me hice estas preguntas:

¿Por qué no emprendo yo mi camino haciendo las cosas de otra manera?

¿Mi idea de negocio puede aportarme algo positivo a nivel personal?

¿Mi proyecto o idea de negocio puede aportar algo positivo a mi entorno, a mis colaboradores, a mis clientes?

A la primera pregunta dije pues claro… con un par. Vamos a crear una empresa donde las cosas sean totalmente diferentes, donde se respire un buen ambiente, donde las personas se sientan valoradas, donde la responsabilidad, la honestidad, el esfuerzo de la gerente sea ejemplo para todo el equipo.

Por supuesto que me iba a aportar algo positivo a nivel personal, me iba a realizar mucho más y tenía la posibilidad de crear algo distinto y maravilloso.

Mi proyecto también beneficiaría a mis colaboradores, mis clientes, mis proveedores. Mis trabajadores iban a ser tratados como personas, no como números, tendrían la formación que yo no tuve, una remuneración digna y sobre todo mi apoyo en cada momento.

Los clientes porque tendría un mejor servicio y la tranquilidad de colaborar con una empresa coherente, honrada y muy resolutiva.

Los proveedores seriedad, fidelidad y confianza.

Esas son dos de nuestras grandes aportaciones que después de 28 años y un gran crecimiento siguen siendo nuestra bandera:

SOSTENIBILIDAD Y EXCELENCIA

“Recuerda que eres tan bueno como lo mejor que hayas hecho en tu vida” Billy Wilder