Una gran definición es la que dice que la Paciencia es la Ciencia de la Paz. No se podría definir mejor. Cuanta paz se consigue cuando una es capaz de darle a cada situación el tiempo que necesita.

Ser paciente es observar la vida y aprender todo lo que nos enseña, a la velocidad que nos marcan los ritmos naturales.

Paciencia es dedicarte cada día un tiempo para soñar tus propios sueños y crecer en confianza en ti mismo para convertir tus anhelos en realidades. De esta manera serás mas complaciente contigo y mantendrás la fe necesaria para aferrarte a tus deseos, aun cuando vayan pasando los días sin obtener resultados inmediatos.

Aunque nos parezca mentira, la paciencia es poder. Utilízala para fortalecer tu espíritu, para suavizar tu carácter, para calmar tu furia, para desechar tu envidia, desterrar tu orgullo, contener tu lengua, sujetar tu mano y entregar tu ser, a su debido tiempo, a la vida que mereces.

Es necesario aprender a contar hasta 10 y si fuera necesario hasta 100, respirar profundamente y esperar con paciencia por lo que estamos luchando, sin dejar de trabajar en ello. Ser paciente no implica adoptar una postura pasiva ante la vida. Puede que si tenga relación con aprender a fluir con los acontecimientos que vivimos, pero siempre adoptando una actitud responsable ante lo que nosotros podemos hacer en ese acontecimiento. Esperar sin hacer nada, solo tiende a frustrarnos, las cosas no se hacen por si solas, ni los problemas se solucionan solo con desearlos.

Cuando no tienes paciencia, lo más probable es que tires la toalla cuando se te plantee la primera dificultad o retraso y te puedo asegurar que ninguna actividad está exenta de pequeños y grandes obstáculos. Si los tomas como retos a superar de donde sacarás experiencia, vas a ver como el camino se te hace más ligero. Además, tener paciencia elimina el estrés y la ansiedad, así que imagina lo que eso supone para tu vida personal y profesional.

Si eres una persona impaciente piensa que puedes aprender a ser paciente si realmente te lo propones. Necesitas disciplina y repetición, mientras más la practiques veras como poco a poco irá convirtiéndose en parte de ti. Así como los pensamientos negativos y los miedos comienzan a ser reacciones automáticas, también los cambios positivos comienzan a formar parte mecánica de nuestras vidas si les damos su tiempo y los practicamos sin descanso

Ya está bien de creernos que podemos adelantarnos al mañana y lo que hacemos es perder el presente. Aunque queramos ir más deprisa, todo tiene su ritmo, y por ello, viviremos frustrados y sufriendo por lo que aún no hemos conseguido, en vez de disfrutar de lo que si está a nuestro alcance.

Así que comienza hoy mismo a cultivar tu paciencia y no lo dejes para mañana, estoy segura de que te sentirás orgulloso de los resultados obtenidos

“LA PACIENCIA ES AMARGA, PERO SUS FRUTOS SON DULCES” JEAN J. ROUSSEAU