Qué importante es tener claro cual es tu propósito de vida, qué es lo que te mueve por dentro cada mañana para levantarte de la cama.

Cuando esto lo tenemos claro, todo lo vemos de otra manera: actuamos, creamos, amamos y hacemos cosas que nos hacen sentirnos bien y en armonía con nosotros y con lo que nos rodea.

Si por el contrario no tenemos una razón de ser, elegimos carreras con futuro pero que no nos gustan, profesiones que nos martirizan, parejas que no nos aportan nada ni comparten nuestras esencias más fundamentales.

El denominador común de todas estas personas es que se sienten vacías. Lo que hacen no les llena, ganan dinero, pero no son felices, no están mal pero tampoco su vida les convence, siente tristeza por dentro.

Por eso te voy a hablar de un término japonés que va unido a una larga y plena vida: IKIGAI.

La palabra está compuesta de “iki” que es vida y “gai” que significa valor o propósito. Todo esto está alineado para que disfrutes de lo que haces desarrollando tus propias habilidades, dejando a un lado la parte material, es decir, el dinero.

Para poder encontrar tu propósito de vida es muy importante que te contestes a estas preguntas:

  • ¿Qué sabes hacer bien?
  • ¿Qué es lo que más te gusta hacer?
  • ¿Qué te resulta fácil hacer?
  • ¿Cuál piensas que puede ser tu aportación al mundo?

Si después de contestar estas preguntas decides construir tu Ikigai, no lo tomes como un destino, sino trázalo como un camino. Debe ser ligero y fluido, se mueve como las mareas, con el ritmo de tu vida.

Por supuesto que puedes tener más de un ikigai a lo largo de tu vida, porque puede evolucionar o cambiar. Lo fundamental es disfrutar del proceso y fluir con él.

Levántate cada día con un objetivo, pero planeando como quieres que sea tu vida a medio y largo plazo, a través de todas las acciones que vas haciendo a diario.

No esperes sentirte feliz y abundante todo el tiempo, ya que, como todo, tiene sus luces y sus sombras, sus altibajos.

Despeja tus juicios creencias y ponte al servicio de los demás porque eso te ayudará a encontrar la felicidad.

 

Si os apetece  saber más de este tema, os invito a leer “IKIGAI” de Héctor García y Francesc Miralles. Estoy segura que os encantará perderos entre sus páginas y aprender mucho de todo lo que sus autores relatan sobre lo que aprendieron en el pueblo de Okinawa, donde se concentra la mayor población de centenarios felices del mundo.

Preguntando a los ancianos qué era lo que les movía para tener ganas de vivir, la palabra que pronunciaban era «ikigai.»

 

“ El objetivo es identificar aquello en lo que eres bueno, que te da placer realizarlo y que además, sabes que aportas algo al mundo. Cuando lo llevas a cabo, tienes mas autoestima, porque sientes que tu presencia en el mundo está justificada. La felicidad sería la consecuencia” Miralles